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sábado, 8 de enero de 2011

LA OPERA

Publicado por OSCAR SILVA en 11:50 No hay comentarios:
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LA OPERA

Publicado por OSCAR SILVA en 11:23 No hay comentarios:
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LA OPERA

Publicado por OSCAR SILVA en 9:33 No hay comentarios:
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viernes, 7 de enero de 2011

LA MUSICA PRIMERO

Publicado por OSCAR SILVA en 0:51 No hay comentarios:
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jueves, 6 de enero de 2011

EL CINE DE TODOS LOS DIAS

Publicado por OSCAR SILVA en 19:55 No hay comentarios:
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miércoles, 5 de enero de 2011

LA MUSICA PRIMERO

Publicado por OSCAR SILVA en 17:48 No hay comentarios:
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EL CINE DE TODOS LOS DIAS


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Miguel Otero Silva

Miguel Otero Silva
De Miguel Otero Silva sus conservo intacta su amistad. EL Nacional, el del viejo edificio de Puente Hierro a Puerto Escondido, flanqueado de ventas de fritangas, un cine porno, el “Urdaneta” y al frente un café bar “El Capitán”, donde murió intempestivamente el excelente periodista que fue Federico Pacheco Sublette. Era aun el refugio de la intelectualidad política y cultural de buena parte del país. En “El Capitán” solía verse a fotógrafos y redactores apurando, de acuerdo a la guardia, un café o una cerveza. Cuto Lamache prefería el vino antes de ir a dormirlo en plena redacción para luego escribir su breve columna “Escribe que algo queda”. Oscar Guaramato, el de “La niña vegetal”, al centro, oteaba toda la redacción cual periscopio de submarino de guerra, desde su inmensa mesa de madera, repleta de quesos, picantes, vinos, pastilla para despertar la libido, whisky y libros. Guaramato se regodeaba con sus eternos tirantes antes de corregir un editorial, o resguardar el secreto de la mancheta, esta última, que escribía su propio hermano Miguel Otero Silva, co-propietario de la empresa editorial. “Si “Guara” no te acepta estas muerto maracucho”... me dijo el veterano periodista Guillermo Campos Martínez, (también maracucho) mientras liaba un “tabaco” en sanitario, centro de redacción clandestino. Ya el “Guillo” Campos Martínez me había dicho terminantemente que el no fumaba basura, en la oportunidad que le ofrecí un Malboro Rojo, enseñanza de que “Popeye”, Juan José Peralta “Guara”…”Guaramato” me dio el la venia un 25 de diciembre, con un trago de miche andino artesanal, una ración de pastel de tortuga, dos pastillas gigantes de un poli vitamínico, mientras explotan cohetes, saltapericos, y triquitraques, en plena redacción al momento que Germán Carias volteaba y tiraba todos sus papeles al piso de la arrechara. “Guara”, por supuesto, muerto de la risa con sus niños patinadores que saltaban sobre las mesas de los mas emblemáticos periodistas de Caracas. Es fácil entender que los niños bellacos eran autores del escándalo, financiados por el “Guara”, en el argot caraqueño, y que tenía licencia para joder… y a quien todos temían o respetaban. El “Guara” era el hermano de Miguel y solo pocos conocíamos ese capítulo, para mí, develado por Ciro Urdaneta Bravo, el más brillante periodista que ha producido el Zulia en toda su historia. Si “Miguel Otero”, estaba en EL NACIONAL, se sabía y se sentía en todos los pisos del edificio Era usual conseguirlo en los ascensores, en un pasillo, o en un escritorio prestado a Euro Fuenmayor o a Germán Carias, haciendo bromas y chistes. Solo cuando iba a la presidencia, cargo que ocupaba en esa oportunidad Pedro Penzyni Fleury, su rostro era adusto y muchas veces severo. Cuando regresa a la dirección, donde despacha el doctor Ramón J. Velazquez, llegaba risueño…era su habitad natural. Miguel era la leyenda de la literatura venezolana, el escritor que se carcajeaba con los presidentes, se burlaba de Rómulo Betancourt, hacia reír a todos imitando a Rafael Caldera. De cierto manifestaba su perplejidad por la decisión del presidente Luís Herrera Campins, quien ordenó suspenderle su pasaporte diplomático, (usual par la época) al ya Premio Nacional de Literatura y Premio Lenin (la versión antagónica al premio Nóbel de Estocolmo), y quien André Malraux, autor de “La condición humana” y ministro de Asuntos Culturales de Francia, recogía en su jeep descapotado en el Aeropuerto de Orly, para ir a saludar al viejo Jhonny Walker, Etiqueta Negra. Pero bueno, con su presencia en Puerto Escondido… EL NACIONAL se sentía seguro, Miguel Otero Silva estaba comandando el barco, así fuera en las aguas más tempestuosas. Para mi fue muy significativa su risa en esa parte de mi vida: “Para Oscar Silva. Con la amistad y la bendición episcopal” de Miguel Otero Silva. El registró lo conservo en su libro “Las Celestiales”, conocido en dos ediciones semiclandestinas bajo la autoría de Fray Iñaki de Errondea, SJ. (Miguel Otero Silva) E ilustrado por Fray Joseba Escucarrea SJ (Pedro León Zapata y Mateo Manaure). Podemos leer en la Web… “Las Celestiales fue publicado por primera vez en 1965 de manera prácticamente clandestina; nadie sabía quiénes eran ni de dónde habían salido los responsables de aquella compilación de cuartetas y caricaturas donde santos, mártires y otras figuras del Evangelio eran blanco de una sátira hilarante y provocadora. El escándalo fue mayor y suscitó la más enérgica condena de la Iglesia, que prohibió a los católicos la lectura de “semejante colección de blasfemias”, como calificara el libro el cardenal Quintero. En su opinión ésta era una obra perversa, que inducía al lector a juzgar la vida de los santos a partir de “un cúmulo de falsedades”, cuyos autores habían tenido el descaro de hacer pasar por obra de un sacerdote jesuita. A esta joya de la literatura venezolana le ha tomado menos de 40 años convertirse en una verdadera leyenda. . En esta nueva edición se le ofrece al lector la oportunidad de disfrutar de un libro que hizo historia, a la cual se suman, al ingenio de Miguel Otero Silva, el talento artístico de dos grandes maestros: Mateo Manaure y Pedro León Zapata”. De su obra “Lope de Aguirre” Príncipe de La Libertad… me comentó al llegar al auditorio de la Facultad de Ingeniería de LUZ, y donde recibiría el doctorado Honoris Causa… -No joda…esta es mi mejor novela… pero nadie va creerlo… Y de si de algo estaba orgullo era de su El Nacional, y de su suerte providencial, objeto de celebraciones entre sus amigos. Llegamos a la Plaza de Toros de Maracaibo, a una faena de cartel. Subiendo, entre los apretujones del público, alguien le saco la cartera de su bolsillo… Al principio se mostró sorprendido… pero luego festejó entre risas la audacia del ladrón. Siendo ya parte del público, con un Etiqueta en las manos, compro el billete completo del Gordo de La Chinita. Bien temprano, al día siguiente, el lunes 19, se apareció a El Nacional/Occidente, sin cartera, pero celebrando que era suyo el primer y único premio de La Chinita. Una buena noche, cuando recorríamos El Nacional/Occidente, en sus talleres de diseño, me dijo… “Muchos dicen que Betancourt era homosexual…esa vaina no es cierta… es mentira…eso lo inventé yo en Curazao… Era su homenaje al amigo-enemigo que fue el presidente Rómulo Betancourt, al momento donde la televisión y la radio describían el recibimiento de su restos mortales en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía. Atrás… en el fondo, la patética de Beethoven.

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Esteban Pineda Belloso

Esteban Pineda Belloso


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